Extraído de la cáscara de la Citrus reticulata, este aceite esencial se distingue por su aroma dulce, vibrante y refrescante. Similar a la mandarina, pero con un toque más chispeante, es conocido por su efecto relajante y su capacidad para mejorar el estado de ánimo. Suaviza la sensación de estrés y ansiedad, aportando una sensación de calma y bienestar. También ha sido utilizado tradicionalmente para favorecer la digestión y refrescar el aire cuando se difunde en el ambiente. Se recomienda evitar la exposición al sol tras su aplicación en la piel debido a su fotosensibilidad.
Un toque cítrico que ilumina el día y reconforta el alma.
